
Luis Severino se encargó el jueves de que las tribunas del Yankees Stadium despertara de la pesadilla que Vladimir Guerrero Jr., le hizo pasar la noche anterior.
Al partido de tres cuadrangulares y cuatro remolques que logró el inicialista de los Blue Jays, el derecho de Sabana de la Mar le respondió el día siguiente con tres de los cuatro ponches que recibió y las cámaras los captaron enviando a hacer silencio al dugout visitante, tal como hizo Guerrero la noche anterior.
Pero en El Bronx comienzan a ver bien temprano en Guerrero cierta similitud con David Ortiz, más allá de que ambos sean dominicanos, de sonrisa fácil y de estatura similar (el hoy inmortal una pulgada más alto con 6’3 pies).
Luis Severino se encargó el jueves de que las tribunas del Yankees Stadium despertara de la pesadilla que Vladimir Guerrero Jr., le hizo pasar la noche anterior.
Al partido de tres cuadrangulares y cuatro remolques que logró el inicialista de los Blue Jays, el derecho de Sabana de la Mar le respondió el día siguiente con tres de los cuatro ponches que recibió y las cámaras los captaron enviando a hacer silencio al dugout visitante, tal como hizo Guerrero la noche anterior.
Pero en El Bronx comienzan a ver bien temprano en Guerrero cierta similitud con David Ortiz, más allá de que ambos sean dominicanos, de sonrisa fácil y de estatura similar (el hoy inmortal una pulgada más alto con 6’3 pies).
efe