ME DECLARO GUERRERA DE LA VIDA, POR LA VIDA

Voluntad de acero

Soy Yosbanka Mora Abreu, a la edad de 4 años me
diagnosticaron con leucemia, inmediatamente mis padres, mis hermanitos y yo
iniciamos el recorrido de un viaje del que no se sabían si yo regresaría.
Con la ayuda de Dios, la intervención de los médicos y la buena voluntad de
muchas personas que se identificaron con mi situación mediante oraciones,
aportes económicos y la energía positiva de otros tantos que fluyeron a mi
favor, tras cuatro años de tratamientos muy duros para mi edad pude superar la
enfermedad. Y hasta festejar mis 15 años.
Luego de esa experiencia me integre a la vida laboral. Trabajo con mi hermano
y mi papá en la reparación de equipos eléctricos del hogar. Mi vida ha
transcurrido normal por espacio de 23 años, hasta que hace unos días la
sombra de la incertidumbre volvió a emboscarme.
A mediados de agosto del presente, 2021 año, mi cuerpo se negó a responder
las ordenes cerebrales, se detuvo, colapse. Perdí el control, al punto de
necesitar ayuda de quienes estaban a mi lado, gracias a Dios me asistieron
rápido y ese momento no paso a mayores. Ahora pienso en ello y puedo ver,
como si estuviera frente a la pantalla de un televisor, como mi cuerpo
convulsionaba, y yo en plena conciencia no podía hacer nada por detenerlo.
Lo que viví en esos minutos que para mí fueron siglos, puedo describirlo como
la impotencia personificada aplicada a mí, y por misma. Fue un mensaje sin
remitente, pero más tarde, después de consultar a los médicos, sabría que
amansaba la estabilidad de mi salud. Tal de mi vida talvez.
Las indagatorias practicadas por los galenos trajeron la información de que una
nueva amenaza acecha mi vida. Esa noticia me tiene una vez más en el
campo de batalla. Una vez más puedo contar la complicidad de buenos
profesionales de la salud, como con el doctor Cleto Ramírez, en CECANOT,
quien me dijo en la primera consulta que con Dios delante podemos vencer ese
cuerpo extraño alojado en mi cabeza. Yo confío en sus palabras y me pongo
en sus manos guiadas por dios, al tiempo que pido las oraciones de todo aquel
que conozca mi situación actual.
Ayúdenme oren, porque sé que necesito la complicidad de un ejército, esta vez
soy consciente de la realidad, cuando niña no lo era, solo sabía que me movían
de un lado para otro y que mi cuerpo se inundaba de dolor con cada crisis. Mi
corta edad no me permitía encontrar una respuesta, entonces no tenía
conciencia de mi estado.

La realidad de hoy me advierte que el riesgo en el que estaré al entrar a ese
cuarto es muy alto, hoy si soy consciente, se cuáles pueden ser las
consecuencias, hoy sé que el viaje que recorro en este momento me puede
llevar por caminos pedregosos, pero me he declarado guerrera de la vida y no
voy a eludir la batalla. Sobre todo, porque sé que cuento con los amigos que
estuvieron hace dos décadas y otros nuevos que se ha sumado en el presente.
Me he puesto mi traje de guerrera, soy optimista enfrentaré la amenaza con el
rostro de frente al soy siempre en alto, consciente de que no puedo
subestimarla.
Ahora, a diferencia de 1999 cuando aspiraba a llegar a ser grande y celebrar mi
próximo cumpleaños en Mac Donald, -como reseña el periódico La Información
del 15 de octubre de ese mismo año – mantengo la esperanza de vivir, aunque,
mis padres y mis hermanos no me han prometido celebrar mi cumpleaños en
Mac Donald esta vez.
Yosbanka Mora Abreu es esa niña que en la década de los 90 logró llamar la
atención del mismísimo Sammy Sosa quien estaba en la cúspide de su carrera,
así como de la prensa de nuestro país que con sus publicaciones sensibilizó a
la sociedad en torno a su situación médica.
Hoy esa misma niña que logró llegar a ser grande solicita el apoyo de la
sociedad, que dirija oración para recuperar la salud y poder disfrutar el regalo
divino que pidió cuando niña. Llegar a ser grande.
Gracias por tu oración.


Septiembre 30 del 2021.